¿Por qué aparece el dolor de rodilla después de hacer ejercicio?

¿Por qué aparece el dolor de rodilla después de hacer ejercicio?

Está claro que hacer deporte no es cómodo. Cuando entrenamos, nuestros músculos y articulaciones tienen que hacer esfuerzos que, sobre todo, al principio o cuando realizamos un sobreentrenamiento, pueden resentirse.

Concretamente, el dolor en las rodillas mientras hacemos deporte o al finalizar nuestro entrenamiento en el gimnasio es una dolencia más frecuente de lo que crees. Veamos a qué puede deberse concretamente el dolor de rodillas, en qué tipos de deportes es más frecuente o cómo podemos prevenirlo.

¿Por qué duelen las rodillas después de hacer ejercicio?

Al fin y al cabo, hacer ejercicio implica realizar movimientos repetitivos de flexión y extensión, además de sobrecargas y tensiones sobre una articulación como es la rodilla. Realmente, la rodilla se trata de una articulación de carga que soporta nuestro peso corporal, el cual tenemos que multiplicarlo por la gravedad.

Ya sea una actividad repetitiva con una musculatura no entrenada, un deporte vigoroso o extenuante para la rodilla, o un cambio en la intensidad del deporte que estemos realizando, el dolor de rodillas puede aparecer sin problemas.

La mayor parte de las personas que sufren de dolores de rodilla puede deberse a tres factores principales:

• La sobrecarga mecánica en deportistas primerizos que se inician en el deporte, sobre todo de aquellos que son más traumáticos para la rodilla, como el running.
• El sobreentrenamiento en deportistas habituales, como, por ejemplo, los que se tienen que sacar las pruebas físicas de policía en un periodo corto de tiempo.
• La lesión de rodilla como tal, como cuando alguien se rompe el menisco jugando al tenis.

El dolor de rodilla es más frecuente en estos deportes

Tradicionalmente, la mayor parte de los casos de dolor de rodilla se relacionaban con aquellos deportes que requerían carga en giros de rodilla, como el fútbol. Sin embargo, con el auge del running, mucha gente no está preparada físicamente para practicarlo y fuerzan las rodillas de tal forma que cargas simples pueden llegar a ser muy dolorosas.

Sin duda, los deportes de carrera como el que acabamos mencionar, son por excelencia los que más consultas de dolor de rodilla en la zona interior generan. Aunque también existen otros tipos de deportes que generan tendinitis y lesiones ligamentosas bastante dolorosas, como el baloncesto, el esquí o el fútbol.

Por último, el actual auge del deporte de alta intensidad, como el CrossFit, también pueden generar la aparición de lesiones del cartílago y dolor en las rodillas. Al fin y al cabo, es un tipo de ejercicio en el que predominan los cambios de ritmo, los saltos y las variantes de peso máximo en forma de sentadillas.

¿Quién puede verse afectado por el dolor de rodillas?

El dolor de rodillas después de hacer deporte o durante el entrenamiento es habitual que aparezca en personas que se están iniciando en una práctica deportiva. Son personas que no han tenido una rutina previa de entrenamiento muscular que les prepare para ello. Normalmente, pasar de no hacer nada a realizar un deporte que explote el funcionamiento de las rodillas podría ser un factor determinante para la aparición del dolor de rodillas.

También en personas que no estén habituadas al entrenamiento y que empiezan a notar los problemas al aumentar la intensidad o la duración, realizar un cambio del tipo de entrenamiento o practicarlo con una mala técnica.

Por otro lado, las mujeres cuentan con una anatomía que, tanto por la alineación ósea como por el desequilibrio muscular del muslo, están más predispuestas a sufrir los problemas de dolores de rodilla. En adolescentes también es común.

Por supuesto, con la edad, el dolor puede derivar del desgaste de esta articulación cuando tratan de hacer deporte de demanda para sus rodillas.

Cómo prevenir el dolor de rodillas

Existen deportes que son menos perjudiciales para las rodillas recomendados para personas que sufran algún tipo de lesión leve. Lo mejor, es probar un deporte primero, y ver cómo lo gestionan nuestras rodillas. Si, por el contrario, hay un deporte que nos encanta pero que nos afecta en dicha articulación, podemos reducir su intensidad o la frecuencia de practicarlo para evitar dolores más fuertes en nuestras articulaciones.